Unos cuantos
conductores se van a quedar este lunes en Las Tablas con dos palmos de narices.
Serán los que han estado utilizando en las últimas semanas la parcela destinada
a la segunda fase del colegio público Blas de Lezo. Las quejas de las familias
del colegio han dado fruto y este fin de semana operarios de la empresa
responsable de la construcción del centro han procedido a instalar una verja de
obra en buena parte del perímetro que rodea el solar.
Casualidades o no, lo
cierto es que la colocación de la valla se ha producido 24 horas después de que
la noticia del peligroso aparcamiento se emitiera en los informativos de la
cadena pública Telemadrid. Tal y como avanzó la periodista en el reportaje, los responsables de la construcción del
colegio, la empresa Eiffage
Infraestructuras, se comprometieron con el director del Blas de Lezo a
colocar la valla “en pocos días”.
Todo hace indicar que,
finalmente, desde la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid se
decidió actuar para poner fin a una situación que representaba un riesgo
importante para los alumnos del centro educativo.
Inicialmente las
familias del Blas de Lezo se dirigieron a la Junta Municipal del distrito con
la esperanza de que la Policía Municipal procediera a clausurar el aparcamiento.
A diferencia de otras zonas de estacionamiento sin regular que se mantienen en
Las Tablas, en el caso del Blas de Lezo los automóviles quedaban estacionados a
escasos metros del patio del colegio de infantil y primaria. Además, la
diferencia de altura que presenta la parcela en cuestión hacía aún más
peligroso un posible accidente o la imprudencia de un conductor.
El gerente del
distrito, José Luis Fernández, se comprometió con representantes de la AMPA a
que la policía impediría el acceso de los vehículos. Sin embargo, la actuación
de los agentes se limitó a la toma de fotografías y el levantamiento de la
correspondiente acta. Como quiera que el terreno en cuestión está cedido a la
Consejería de Educación, a la Junta del distrito no lo quedó más remedio que pasar
aviso a los responsables de la Comunidad.
Para sorpresa de las
familias, los días pasaban y el problema seguía sin solucionarse. Las fotografías
de los coches aparcados junto al patio del colegio no dejaban lugar a dudas sobre
el riesgo que la situación suponía para los chavales. Las quejas de los padres
llegaron hasta el Servicio de Atención al Ciudadano, que no tuvo más remedio
que reconocer, a través de un mensaje en su cuenta oficial de Twitter, que la voz de alarma había sido comunicada a
la Consejería de Educación. Y no solo en una, sino en dos ocasiones. Alguien en
la Consejería debió darse cuenta de que la responsabilidad era suya y una
semana después la empresa adjudicataria de la construcción de la primera fase
del Blas de Lezo ha instalado las vallas que impiden el acceso a la parcela.
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